Cuadro de texto: Inventores Argentinos
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José Mario Fallótico

Político e inventor argentino, creador -entre otros artículos- del enormemente difundido bastón blanco para ciegos.

En breves palabras, cuentan los historiadores que un mediodía, Fallótico vio a un ciego esperando para cruzar en una esquina. Siendo un hombre de bien como era, ayudó al discapacitado, pero quedó obsesionado con una pregunta: ¿Cómo hacer para distinguir a un ciego y poder ayudarlo? La idea siguió a este santafesino, que por aquel entonces vivía en el barrio de Flores (Buenos Aires), hasta que dio en el clavo. Un bastón blanco para ciegos serviría. El 22 de junio de 1931 lo ofreció a la Biblioteca Argentina para Ciegos. Poco después se convertiría en un símbolo universal.

Ángel Di Cesare

El colectivo tuvo un origen y Ángel Di Cesare es el nombre clave de la historia: un italiano que llegó a la Argentina ‘para hacerse la América‘ y terminó transformándose en ‘el inventor del colectivo‘. En 1924, Di Cesare junto con otros tres colegas españoles decidieron ‘largarse a la aventura de desafiar las leyes‘ y comenzar a prestar un servicio extendiendo sus vehículos, modelos Oldsmobile, Pontiac o Chrysler, donde caben tres hileras de asientos.
Para ello, encomendaron a un carrocero el desafío de cortar el chasis y agrandar la unidad por partes hasta habilitarla para once asientos.
Después, siguiendo el ingenio, lo que hicieron fue trasladar el chasis ampliado a un camión, logrando una veintena de butacas.
El 24 de septiembre de 1924 salieron a la calle los primeros cuatro taxi-colectivos, entre ellos el de don Ángel, iniciando su recorrido en Rivadavia 8700, esquina Lacarra, para arribar a Plaza de Mayo, pasando por Flores, en la Capital Federal, “y cobrando sólo 10 centavos por cada pasajero, cuando el boleto del tranvía costaba lo que hoy sería un peso”, recordó Miguel, el hijo del taxista Di Cesare.

Precisamente, el heredero de esa historia escribió un libro donde se refiere al ‘Inventor del Colectivo en la Argentina‘, en el que narra la historia de su padre, uno de los pioneros del autotransporte.

“Los diarios de esa época, en especial La Nación, dan cuenta en su edición del 25 de septiembre de 1928 la existencia de cuatro taxis que, de forma anárquica, comenzaron a llevar pasajeros por diversos trayectos, a un mismo costo y sumamente inferior al del transporte habitual en esa época, el tranvía”, comentó Miguel Di Cesare.

 

Fuente: http://www.taxi-colectivo.blogspot.com/

Enrique Finochietto

Enrique Finochietto era hijo de Tomás y Ana, inmigrantes italianos. Su padre falleció cuando Enrique era aun un niño En 1897, con apenas 16 años, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Cuatro años después ingresa como practicante en el Hospital de Clínicas, dependiente de la Universidad, donde es discípulo de Alejandro Posadas. En 1904, como médico interno con guardia permanente del Hospital Rawson de Buenos Aires, toma a su cargo el servicio de piel y enfermedades venéreas. Entre 1906 y 1909 viaja por Europa, realizando prácticas y aprendizaje en centros médicos de Alemania, Suiza, Italia y Francia. Al regresar al Rawson comienza a aplicar técnicas quirúrgicas avanzadas, como la cirugía de tiroides.

Ya en ese tiempo, Finochietto comenzó a imaginar aparatos e instrumental. Para poder representar adecuadamente sus ideas, aprendió dibujo técnico entre 1912 y 1913; todas sus publicaciones y trabajos posteriores se destacaron por la precisión y calidad de las ilustraciones que realizaba.

En 1914 obtiene su título de Profesor en Medicina, con la tesis "Los métodos operatorios para la exclusión del píloro". En 1918 viaja nuevamente a Europa, y en febrero de ese año se hace cargo del servicio de cirugía del Hospital Argentino Auxiliar 108 de Passy, junto al Bois de Boulogne. El hospital había sido creado a iniciativa del embajador argentino en Francia, Marcelo Torcuato de Alvear, para asistir a los heridos de la I Guerra Mundial. En mérito a sus contribuciones, el gobierno francés le otorgó la Legión de honor y otras dos medallas de guerra. Regresa a la Argentina en 1919, afectado por una enfermedad contraída en Europa (presuntamente sífilis) que, conforme a la moral de la época, lo haría permanecer soltero el resto de su vida.

Regresa a Europa en 1922, habiendo preparado antes los planos para la construcción de la que sería su escuela de cirugía, el Pabellón IX del Hospital Rawson. Al retornar a su país, Finochietto realiza varias cirugías torácicas de alta complejidad, incluyendo la primera incisión paradojal, una técnica que él había inventado y denominado así porque la incisión se realizaba en sentido inverso al establecido por los métodos de la cirugía clásica.

Trabajando junto con sus hermanos Miguel Ángel y Ricardo, conforma el equipo que se convertirá en el más afamado de la Argentina en su tiempo. A punto tal llega su celebridad, que a finales de los años 20 y durante la década del 30 era popular la expresión "¡Pero quién te crees que sos! ¿Finochietto?" para expresar que el interlocutor exageraba.

En 1924 desarrolla y aplica una nueva técnica quirúrgica que había inventado para las operaciones de estómago, intestino y duodeno. En 1929 realiza por primera vez en la Argentina un taponamiento cardíaco, salvando la vida de un niño herido de bala en el corazón.

Agravada su enfermedad, Finochietto renunció a la Cátedra de Clínica Quirúrgica en 1933. Ese año el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires lo designó Profesor Honorario. Sin embargo, continuó con su tarea de cirujano en el Rawson, a dónde acudían pacientes de todo el país y el exterior. El 8 de marzo de 1940 realiza su última operación (le extrae un quiste hidatídico a un indio mapuche) en otra intervención magistral, y que sólo él parecía capaz de realizar. Al poco tiempo, la enfermedad ataca su cerebro. Pierde la lucidez, y queda semiparalizado. Muere el 17 de febrero de 1948.

Además de su pasión por la cirugía, Finochietto estuvo vinculado al ambiente del tango, siendo amigo de Carlos Gardel. El compositor Julio de Caro le dedicó, en 1925, el tango "Buen amigo".

 

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Finochietto

(Buenos Aires, 13 de marzo de 1881 - 17 de febrero de 1948) fue un médico argentino, destacándose como docente, investigador, e inventor de un gran número de técnicas, aparatos e instrumentos de cirugía.

László József Bíró

Conocido en la Argentina como Ladislao José Biro (n. Budapest, Reino de Hungría, 29 de septiembre de 1899 - † Buenos Aires, Argentina, 24 de noviembre de 1985), fue un inventor y periodista húngaro, nacionalizado argentino que realizó un total de 32 inventos, entre ellos el bolígrafo, que le dio fama internacional.

En su país natal su carácter inquieto lo había llevado a desempeñar oficios variados: despachante de aduana, corredor de automóviles, vendedor a domicilio, escultor, pintor e inventor.

Cuando Ladislao tuvo la idea del invento que lo haría famoso, el bolígrafo, ya había inventado la lapicera fuente, una máquina para lavar ropa, un sistema de cambios automático en los autos y un vehículo electromagnético. La historia cuenta que estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando esta se le atascaba en medio de un reportaje y que obtuvo la idea de su creación observando a unos niños mientras jugaban en la calle con bolitas. En algún momento una de ellas atravesó un charco y al salir de este siguió trazando una línea de agua sobre la superficie seca de la calle. La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía entonces en la imposibilidad para desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Con esta idea Biro patentó en Hungría, en 1938, un prototipo. Pero nunca se llegó a comercializar.

En 1943 él y su hermano emigraron a la Argentina junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo que lo ayudó a escapar de la persecución nazi. Tiempo después su esposa Elsa y su hija Mariana desembarcarían también en Buenos Aires. La principal razón por la que habían elegido este destino fue que en 1938, Agustín Pedro Justo, que era presidente de la Argentina, lo había invitado a radicarse en ese país cuando de casualidad lo conoció en momentos en que Biro estaba en Yugoslavia haciendo notas para un periódico húngaro. Agustín Justo lo vio llenando un telegrama con un prototipo del bolígrafo y maravillado por esa forma de escribir se puso a charlar con él. Biro le habló de la dificultad para conseguir una visa y Justo, que no le había dicho aún quien era, le dijo que en Argentina su invento tendría grandes posibilidades de fabricarse a escala. Le dio entonces una tarjeta que decía: Agustín P. Justo: presidente.

El 10 de junio de 1940 formaron la compañía Biro Meyne Biro. En un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto perfeccionó su invento y lo lanzaron al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio los libreros consideraron que esos «lapicitos a tinta» eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para chicos. Al respecto, en su última entrevista antes de fallecer, Biro afirmó: "Mi «juguete» dejó 36 millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro".

Cuando comenzaron a promocionarse se les llamaba esferográfica y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbónico, era única para la aviación y su tinta era indeleble.

En 1943 licenció su invento a Eversharp Faber, de los Estados Unidos, en la entonces extraordinaria suma de USD 2.000.000, y en 1951 a Marcel Bich, de Francia.

La sociedad formada por Biro y sus socios quebró, aquejada por falta de financiamiento y por nuevos inventos que no tuvieron éxito comercial. Un antiguo proveedor, Francisco Barcelloni, intentó entusiasmar a Biro para fabricar un bolígrafo de bajo costo. No logró convencerlo y se instaló por su cuenta; mejoró el flujo de tinta y ensayó una bolilla de triple dureza. Posteriormente, Barcelloni contrató a Biro para la dirección de la nueva fábrica.

A lo largo de su vida desarrolló muchos otros inventos, algunos de los cuales se han vuelto muy populares. Entre ellos podemos nombrar:

Inventó un perfumero usando el mismo principio que el bolígrafo. Más tarde, con el mismo principio se crearon los desodorantes a bolilla.

 

Un modelo de pluma estilográfica (1928)

 

Una máquina de lavar (1930) que, según la anécdota, construyó para su esposa Elsa Schick;

Una caja de cambios automática mecánica (1932), cuya patente fue adquirida por General Motors que al mismo tiempo estaba desarrollando una caja hidráulica. Se presume que GM adquirió su invento para eliminar la posible competencia.

Un termógrafo clínico (1943).

Un proceso continuo para resinas fenólicas (1944).

Un proceso para mejorar la resistencia de varillas de acero (1944).

Un dispositivo para obtener energía de las olas del mar (1958).

Un sistema molecular e isotópico para fraccionamiento de gases (1978).

En Argentina el 29 de septiembre, día de su nacimiento, se conmemora el Día del Inventor.

 

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Ladislao_Bir%C3%B3

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